domingo, 23 de agosto de 2009

Recuerdos de Mamá Rosa

Mamá Rosa.
Ella era mi abuela Mamá Rosa,
con botas altas de cuero, enaguas largas,
con cuchillo pegado a la cintura
con cayos en sus manos amorosas.

Me parece verla, cuando yo era adolescente,
pañuelo en la cabeza, blusa manga larga casi negra
enagua hasta abajo, botas hasta arriba,
piel canela, alta, fuerte y hermosa
¡ Mamá Rosa!

Ahí comía el transeúnte, el mendigo y la visita,
se quedaba a dormir el que viajaba
nunca faltaba el alimento para tantos,
entre leyendas y cuentos por las noches descansaban

Ella hacía sola los quehaceres de su casa
con fortaleza y franca hidalguía
pues tanto hacía con gracia una tortilla
como pegar al bramadero un novillo.
.

Desde la madrugada de su alcoba se alejaba
y las vacas amarraba y ordeñaba,
desayuno y merienda preparaba para su tropa
de sus hijos que a trabajar partían.

Rafael, Julio, Tulio, Víctor, José, al desayuno
preparen su alforja y alisten la carreta,
les tengo tortillas, cuajada, miel de palo y arepas
quince días a las Alacenas y Colonia Palmareña,
.
Linda y Analía se casaron,
Josefina en paz ya descanzaba
Abuelo Juan Ramírez murió en el cuarenta.
Y Mamá Rosa con sus hijos trabajaba.

Sólo queda ese recuerdo, se murió mi vieja
desde el cincuenta y seis,
en el cuarenta se había marchado su pareja,
y poco a poco se fueron yendo,
hasta desgranarse toda la mazorca.

Primero se marchó la Josefina,
luego partió Rafael, el mayor de todos,
Víctor le siguió por el mismo camino
y después José lo acompañó.
un tiempo después Tulio y Julio en fila se alejaron,
y hace muy poco se fue Linda, mi madrina tía.
De la gran familia, la última en irse fue Analía.

La casa fue derribada, se borraron todas las huellas
Nietos por doquier recuerdan a mi Vieja
Mamá Rosa, tu recuerdo no se olvida.

Juan Bautista

sábado, 22 de agosto de 2009

No a la pastilla asesina "Un día después"

No nato

Soy la consecuencia del placer,
pues mi padre y mi madre no pudieron contener
sus impulsos afrodisíacos de lo que llaman amor.
No planearon como establecer un maridaje
que legalizara mi nacimiento, antes de concebirme,
para ser uno como ustedes,
sino que concertaron mi destrucción desde esta matriz
donde ya he empezado mi vida.
Soy la vergüenza de mi madre y el problema de mi padre,
Ellos pusieron la simiente para que yo existiera,
pero no lo hicieron con amor, sino por placer.
Soy el accidente de la delectación.
En mi cápsula donde vivo, no puedo hablar ni llorar
sólo siento el pesar de mi progenitora y la ira de mi precursor
los gritos y las frases que se intercalan.
No me clavan un puñal en mi corazón, porque aún no tengo
ni me lanzan una descarga porque soy muy pequeño,
pero me han enviado un misil llamado “un día después”,
siento que estoy muriendo.
Pude ser un presidente, un educador, un pastor, un médico
y me han matado igual que “mi Redentor”.